noviembre 14, 2010

Dicen las malas lenguas que no se puede volar sin alas.

noviembre 13, 2010

Hola, tenía ganas de escribir pero se me quitaron.
Me voy a estructuralizar mi mente.

noviembre 08, 2010

¿Sabías que puedes morir haciendo algo tan cotidiano como caminar hacia el paradero?
Yo también lo sabía, pero no entiendo por qué las buenas casualidades le pasan a gente que no se lo merece (ni lo quiere).

noviembre 04, 2010

Vacaciones

Arrodillado y mirando hacia el cielo, el niño rogó con su alma y espíritu, como lo hacía todos los años:
-Diosito, Diosito, por favor, lo único que te pido es paz mundial y mucho amor-.
Al cabo de unos minutos, en sus manos apareció una pluma blanca, que leía: "Lo sentimos, servicio colapsado. Por favor intente más tarde."

- Mierda- dijo el pobrecillo, poniéndose de pie con el ánimo derrotado.- tiene que ser por los curitas que confiesan y confiesan, y la gente que pide nada y vuelve a pedirlo, que reza que sí y luego que no...- negó con la cabeza y se puso la pluma detrás de la oreja mientras se alejaba arrastrando los pies con desgano. A los pocos pasos se detuvo, mirando nuevamente hacia arriba.

- Pero debo decirte, Dios, que si yo fuera tú, también me habría tomado estas vacaciones permanentes.- Y, sonriendo tranquilo, echó a correr hacia el parque.

El Perro

Hoy maté a alguien, porque sentí una rabia infinita contra mi perro.

Suena descabellado, lo sé, pero los asesinatos siempre lo son. Antes de que me juzguen y me consideren un lunático de canas ralas, deben dejarme contarles mi historia. Es más, me siento en el derecho de exigirles que me escuchen atentamente y con discreción, porque pronto entenderán que mis actos no fueron fortuitos, locos, y menos, caprichosos, y se morderán la lengua hasta sacarse sangre por haberse atrevido a esbozar un juicio contra mi persona.
Ah, me faltó decir que tengo miedo de dormir (caparazón, insisto).
Algún día dormiré para siempre. Algún día me pasará lo que a José Arcadio Buendía, y me quedaré por siempre vagando en un mundo ajeno, el mundo abúlico de los sueños.

Y no se a quién engaño, si todos sabemos que en realidad me gustaría.
Literalmente.

“Cuando estaba solo, José Arcadio Buendía se consolaba con el sueño de los cuartos infinitos. Soñaba que se levantaba de la cama, abría la puerta y pasaba a otro cuarto igual, cuya puerta abría para pasar a otro exactamente igual, con la misma cama de cabecera de hierro forjado, el mismo sillón de mimbre y el mismo cuadrito de la Virgen de los Remedios en la pared del fondo. De ese cuarto pasaba a otro exactamente igual, cuya puerta abría para pasar a otro exactamente igual, y luego a otro exactamente igual hasta el infinito. Le gustaba irse de cuarto en cuarto, como en una galería de espejos paralelos, hasta que Prudencio Aguilar le tocaba el hombro. Entonces regresaba de cuarto en cuarto, despertando hacia atrás, recorriendo el camino inverso, y encontraba a Prudencio Aguilar, en el cuarto de la realidad. Pero una noche, dos semanas después de que lo llevaron a la cama, Prudencio Aguilar le tocó el hombro en un cuarto intermedio, y él se quedó allí para siempre, creyendo que era el cuarto real”.(Cien años de Soledad)

A veces quiero ser como una tortuga. Tener un caparazón duro como la piedra, y tan feo por fuera como por dentro (¿no lo es ya?). Sólo me falta poder esconder mi cabeza y así, ni lo que pienso, ni lo pensado, ni lo por pensar tendrían manera de hacerse realidad.

A veces, creo, tengo vergüenza de sentir (caparazón, no estás haciendo tu trabajo).

Igual... vergüenza es una palabra fea que me recuerda a las cigüeñas, quizás por eso en inglés es embarrasment, como "embarazo"?

noviembre 03, 2010

Cicatriz

-Ayúdame- imploró ella llevándose una mano hacia su pecho.
El la tomó despacio, entrelazándola con los tres pares de dedos de su mano derecha, y con la otra, le sacó el corazón humeante.
-No puedo- le dijo entonces, mirándolo con sorna. -No puedo -repitió-...si ya es una cicatriz-.