noviembre 03, 2010

Cicatriz

-Ayúdame- imploró ella llevándose una mano hacia su pecho.
El la tomó despacio, entrelazándola con los tres pares de dedos de su mano derecha, y con la otra, le sacó el corazón humeante.
-No puedo- le dijo entonces, mirándolo con sorna. -No puedo -repitió-...si ya es una cicatriz-.

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